top of page

EL CINU, PEQUEÑAS HISTORIAS, EN LA GRAN HISTORIA

Hace setenta años, en 22 de Octubre de 1947, el Centro de Información de las Naciones Unidas (CINU) inauguró la presencia de la ONU en México.

 

Solo dos años antes, representantes de 50 países aliados que habían combatido al nazi fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, entre ellos México, se habían reunido en San Francisco, Estados Unidos, para redactar la Carta de las Naciones Unidas. La ONU existe a partir del 24 de octubre de 1945.

 

En 1946, la Asamblea General de la ONU estableció la creación del Departamento de Información Pública (DPI), con el objetivo de promover en todo el mundo un mayor conocimiento y una mejor comprensión de la labor de las Naciones Unidas.

 

El DPI creó una red de oficinas en países considerados estratégicos. La Oficina de Información de Naciones Unidas en México, como se llamaba en ese tiempo, cuando tenía estatus de embajada, fue la primera en toda América Latina y una de las primeras en el mundo.

 

En el Edificio Internacional, número 1 del icónico Paseo de la Reforma, en el corazón de Ciudad de México, se alzó la primera bandera azul de la ONU, iniciando una historia que inauguraría un nuevo mundo.

 

Desde sus inicios, la ONU encarnó – haciéndolo hasta hoy – la esperanza de un mundo más pacífico, más solidario, más humano y más justo.

 

Desde hace siete décadas, el Centro de Información de la ONU en México viene contando esta historia, entrelazando los grandes eventos y las vidas de millones de personas que, de un modo o de otro, se han cruzado con el trabajo de las Naciones Unidas y que creen en el valor del diálogo y de cooperación, entre países y gentes.

 

El CINU se aferró a este compromiso: decirle a México la historia del mundo, y al mundo la historia de México. Llegar a los pueblos del mundo y compartir la historia de la ONU con ellos, en sus propias palabras. Darles voz en el coro de la asamblea mundial de “los pueblos de las Naciones Unidas”.  

 

Esta historia es una red de historias, relatos y relaciones personales y diplomáticas, amistades y aventuras: sus mensajeros, sus directores, sus voluntarios, sus amigos, socios e interlocutores en México.

 

Unos nombres son famosos, como los premios Nobel Carlos Fuentes y Octavio Paz; otros, la mayoría, son anónimos. Juntos son el corazón de esta historia.

 

Todas estas personas relacionan un ideal, a menudo criticado, a veces decepcionado, pero todavía vivo: la esperanza de un mundo finalmente en paz, guiado por el diálogo, la diplomacia, la razón y el bien común.

 

"El mundo y la ONU han cambiado y siguen cambiando, pero los valores de la Organización permanecen, y son cada vez más indispensables", dijo Giancarlo Summa, el actual Director del CINU en México.

 

Con testimonios, fuentes de archivo, fotos, imágenes y grabaciones, esta historia, la de la vida de estos valores en el transcurso de los años, es la que estamos contando.

bottom of page