Antonio Ocampo entró como chofer en el CINU, en el edificio donde se había mudado a la calle Masaryk 29, en Polanco, el lunes 5 de febrero de 1979. Tenía 19 años y todavía está en la prepa en Naucalpan “que estaba en huelga”, precisa.

 

Conducía el Chevrolet Malibu (de 1978) del Director colombiano Luis Carlos Sánchez (1978-1982). Lo condujo durante 15 años.

 

Uno de sus recuerdos más importantes fue cuando le tocó ir con el Director a recoger a los jefes guerrilleros del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de El Salvador, que llegaban a México en secreto al aeropuerto, para negociar los acuerdos de paz bajo la mediación de las Naciones Unidas. “Ellos eran imponentes”, admite.

 

El Secretario General de la ONU Javier Pérez de Cuéllar (1982-1991) había enviado al CINU a su portavoz, el chileno Mario Zamorano, para supervisar la negociación. “Gracias a esas negociaciones se firmó el acuerdo de paz”, dice Antonio. Los Acuerdos de Paz de Chapultepec fueron firmados el 16 enero de 1992 con la presencia del nuevo Secretario General Boutros Boutros-Ghali en el Castillo de Chapultepec, poniendo fin a doce años de una terrible guerra civil.

 

Al terminar su mandato, Pérez de Cuellar nombró a Zamorano como Director del CINU en México, donde se quedó en el cargo de 1988 a 1994. “Me eligió para trabajar con él”, cuenta Antonio, con una luz en los ojos. “Me convertí en periodista”.

 

Zamorano había trabajado en un programa de radio en Jamaica. Estaba fascinado por las posibilidades de la radio en términos de acercarse a la gente. Con él se implementó la primera Radio de las Naciones Unidas de México. “Mandaban información vía teléfono de Nueva York, la grababa y se enviaba a las principales radios”, cuenta Antonio.

 

Le tocaba hacer los boletines de prensa, el clip de prensa que se enviaba cada semana a la sede de la ONU en Nueva York. Cuenta que cortaba las noticias por tijeras, las pegaba en hojas de papel. El “prisma mundial” se enviaba cada viernes por la tarde, por mimeógrafo – la máquina esténcil que se usó hasta que llegaron las primeras computadoras y el Internet, en 1995.

 

Antonio guarda en su oficina un casco azul garabateado. El también tiene su historia: “En la visita del Secretario General Boutros Boutros-Ghali (1992-1996), la Radio ONU tenía mucha difusión. Él vino, me preguntó cómo funcionaba. Me firmó el casco azul, que venía de la misión de la ONU en Timor Leste y que me había ofrecido Zamorano. Fue muy emocionante”.