“El CINU es también un contacto con la gente y la información y son también un escucha, un micrófono para la gente”, completa Juan Miguel Diez.

 

Dar la palabra a los que no tienen voz es también lo que preocupa a Mariana Castro, la actual Oficial de Información. Ella cuenta esta anécdota: “Hacíamos conferencias regionales con niños de toda América Latina. Una vez participaron niños de Chiapas que venían de familias muy modestas. Todo el grupo de jóvenes latinoamericanos estaban aquí en México para recibir capacitaciones sobre derechos humanos, salud sexual reproductiva y violencia”.

 

“Llevarlos a toda la ciudad de México, subirlos al Turibus fue maravilloso, verlos como veían las estrellas y que me empezaban a hablar en tzotzil y me enseñaban palabras, fue súper bonito. Hubo un chico, Luis Donaldo - era el más chico de todos – que no quiso hablar. Al final, le pregunté: ‘Oye, ¿por qué no quieres hablar? ¿Te incomoda algo?’ – ‘Pues es que yo no vengo a aprender, yo vengo a enseñarles’.

 

“Eso me marcó de por vida”, dice con emoción. “Nosotros no tenemos que porque ir a salvar a nadie. Tenemos que escuchar de la gente”.

 

En fin, comunicar empieza por escuchar.